El celular: enemigo de la seguridad vial
Los descuidos automovilísticos que provoca el teléfono celular son más bruscos y variados que los provocados por cualquier otra fuente de distracción. Desde hace tiempo, estos dispositivos ya no sólo reclaman nuestra atención cuando recibimos una llamada o un mensaje: ahora son el sistema de navegación más socorrido, el medio principal para reproducir música, la enciclopedia más veloz para las dudas más inusuales y el mejor catálogo de recomendaciones cuando no sabemos dónde comer.
Ciertamente, los celulares son de gran utilidad. Sin embargo, es importante saber que, según datos del Instituto Internacional de Estudios en Seguridad Global, el teléfono móvil es la causa de hasta 30% de los accidentes viales. Por ello, en este artículo enumeraremos los peligros a los que nos exponen estos dispositivos cuando los combinamos con el volante.
El teléfono y la capacidad de atención
Muchos de nosotros albergamos sospechas sobre el vínculo entre el uso indiscriminado de los celulares y la disminución de nuestra capacidad de atención. De acuerdo con una revisión sistemática de diversas investigaciones en torno a este fenómeno, publicada en 2019 por la Universitat Oberta de Catalunya, nuestras sospechas están fundadas, aunque con ciertos matices.
Según el estudio, el hecho de que podamos prestarle atención al celular durante horas para atender las redes sociales o mirar videos cortos prueba que estos dispositivos no disminuyen nuestra capacidad general de concentración. No obstante, esto también revela un problema secundario más alarmante: ahora nos cuesta más trabajo concentrarnos en tareas que no podemos realizar a través de una pantalla de teléfono celular.
De entre todas las actividades cotidianas que no podemos llevar a cabo a través de nuestros móviles, conducir puede ser la más delicada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el peligro de verse involucrado en una colisión grave por mirar el teléfono al manejar es hasta cuatro veces mayor que en condiciones normales. El uso del celular mientras vamos al volante reduce considerablemente nuestros tiempos de reacción, una capacidad crítica cuando nos movemos a grandes velocidades. Se estima que, cuando una persona mira su celular, deja de prestarle atención a la ruta durante al menos cinco segundos. Esto significa que, si viaja a 60 km/h, recorrerá a ciegas 80 metros.
Tipos de distracciones ocasionadas por el móvil
En 2011, la OMS y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA) publicaron un informe en el que advierten sobre cuatro tipos de distracciones provocadas por el celular:
- Visuales. Son las más peligrosas y ocurren cuando el conductor aparta la mirada del camino para enfocarse en el teléfono, lo cual equivale a conducir con los ojos vendados.
- Cognitivas. Para comprender un mensaje de voz y meditar una respuesta, o bien, para decidir qué canción acompañará mejor nuestro trayecto, desperdiciamos valiosos recursos mentales que podríamos ocupar en la conducción. Por ejemplo, requerimos estar alerta para decidir un cambio de ruta, evaluar un riesgo o realizar cálculos sobre la velocidad, el espacio y la posición que ocupamos en la vía.
- Físicas. Si quisiéramos conducir, cambiar la velocidad y teclear en el celular al mismo tiempo, necesitaríamos cuatro manos: dos para tenerlas en el volante –tal como lo exigen la mayoría de los reglamentos de tránsito–, una para realizar los cambios de marcha y otra para sostener el móvil. Pero eso no es todo: necesitaríamos tres ojos que, como los de los camaleones, se movieran de forma independiente para mirar en tres direcciones diferentes a la vez. ¡Algo completamente imposible que, empecinadamente, intentan hacer millones de personas en todo el mundo!
- Auditivas. Cuando un teléfono celular reproduce música a un volumen alto, puede acaparar nuestra atención hasta impedirnos atender a las señales acústicas de la vía, como por ejemplo, la bocina de otros automóviles, la sirena de un vehículo de emergencias (ambulancias, policía, bomberos) o las señales que los semáforos inteligentes emiten para orientar a las personas con discapacidad visual.
Consecuencias de usar el celular mientras conduces
Los peligros a los que nos vemos expuestos cuando manipulamos el teléfono celular mientras manejamos pueden agravarse según diversos factores externos, como la duración y frecuencia de la tarea que realizamos en el móvil o el estado de la carretera. A esto debemos sumar que las condiciones en las que maneja el conductor también determinan el nivel de riesgo al que se expone.
El informe de la OMS y la NHTSA explica, por ejemplo, que los cambios cognitivos por los que atraviesan adolescentes y jóvenes adultos los vuelven aún más susceptibles a las distracciones. Y no sólo eso: también son más proclives a asumir actitudes temerarias.
En términos generales, éstos son los peligros a los que te expones si tecleas mientras conduces:
- Tardar más en detectar un peligro inesperado y en responder de forma oportuna.
- Invadir los carriles paralelos sin percatarte a tiempo de ello.
- Aplicar menos presión al acelerador y reducir la velocidad.
- Ignorar las señales de tránsito.
- Reducir tu campo de visión.
- Calcular mal el espacio para incorporarte a la circulación de forma segura.
- Subir tus niveles de estrés.
- Y, desde luego, el peor de los riesgos: provocar colisiones, ya sea con objetos fijos (bardas, árboles, banquetas) o en movimiento (peatones, ciclistas, motociclistas o cualquier otro vehículo).
No somos máquinas multitareas
El Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos llegó a esta conclusión: no somos máquinas multitareas. Es cierto que, como afirma la OMS, un conductor experimentado desplaza su atención entre la vía y el celular con mayor eficacia que un conductor novato. Pero nadie puede dividir su mente para realizar dos tareas simultáneas. Cuando una persona parece realizar dos actividades a la vez, no se concentra en ambas al mismo tiempo, sino que desplaza su atención constantemente entre una y otra.
Un chef sabe que la sopa no hervirá mientras cocina la proteína, y puede ignorarla durante algún tiempo. Sin embargo, cuando miramos el móvil y suponemos que nada va a pasar –incluso si lo hacemos en el alto de un semáforo–, el riesgo puede ser letal. Al tomar el móvil casi siempre creemos que no surgirá ningún peligro súbito: ningún animal cruzará la carretera, ningún vehículo cercano se incorporará de forma imprudente a nuestro carril, no habrá ningún bache en el camino. Pero mientras conducimos con esta suposición no miramos la vía.
Necesitamos recordar que la seguridad vial está por encima de cualquier otra cosa. No lo olvides: no hay llamada o mensaje que no pueda esperar a que te orilles y te detengas por completo para poder atenderlo.
Fuentes:
https://www.iihs.org/topics/distracted-driving
https://openaccess.uoc.edu/bitstream/10609/101386/6/rvillar64TFG0619memoria.pdf
https://www.nhtsa.gov/risky-driving/distracted-driving
https://www.nsc.org/workplace/resources/infographics/the-great-multitasking-lie
https://www.conaset.cl/si-manejas-no-chatees/recomendaciones/
https://nsckenticoprod.blob.core.windows.net/cms/nsc.org/media/site-media
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/road-traffic-injuries
https://www.ncsl.org/transportation/distracted-driving-cellphone-use
https://www.iniseg.es/blog/seguridad/30-de-accidentes-de-transito-son-por-el-uso-del-celular